5 películas con robots muy humanos

El cine y la literatura nos adelantan en ocasiones cómo va a ser el futuro de nuestra sociedad. Tal vez Julio Verne sea el autor más recordado en este sentido gracias a sus múltiples novelas que fueron haciéndose realidad tras su publicación; nos queda viajar al centro de la Tierra, pero todo se andará.

Hoy traigo cinco películas cuyos protagonistas son robots, inteligencias artificiales, que muestran sentimientos muy humanos. No te preocupes, no haré spoilers, intentaré convencerte de que las veas (si no lo has hecho ya) sin destrozarte la película.

Ex Machina

Un excéntrico millonario propietario de una empresa de software decide crear una robot con aspecto completamente humano en todos los sentidos: tanto física como psicológicamente. Para probarlo, invita a uno de los empleados de su empresa a su casa para que realice un test de Turing con ella. Un robot supera un test de Turing si, tras realizar todas las pruebas, el humano que las realiza no es capaz de distinguir al robot de un ser humano.

La película está dividida en siete días, los siete días que pasan en la casa con la robot, e invita al espectador a un viaje hacia las consecuencias que puede tener la humanización extrema de las máquinas. ¿Pueden ser un peligro para nosotros? ¿Los humanos son un peligro para los humanos? En caso afirmativo, ¿lo sería entonces un robot extremadamente humano?

Una película muy estética, muy cuidada, tal vez un poco lenta para según qué gustos, pero que te dejará sin duda un buen sabor de boca.

Cortocircuito

Si naciste en los setenta/ochenta será difícil que te hayas perdido la saga de Cortocircuito. No obstante, muchas veces me encuentro con personas a las que ni les suena esta película, así que no dejaré de recomendarla en esta lista.

El inicio es muy típico en este tipo de películas: uno de los cientos de robots fabricados por una empresa sale defectuoso, con la mágica casualidad de que este defecto lo convierte en un robot de gran inteligencia y con conciencia de sí mismo. Bueno, no hay que espantarse, en esto más o menos consiste nuestra propia evolución.

El robot se escapa de la fábrica y se enfrenta al mundo real. Esto es precisamente lo que me parece interesante de esta película: Cortocircuito, así se llama el robot, es en un principio un ser tierno, amable, inocente y feliz, pero asistiremos a la historia de cómo la maldad existente en nuestra sociedad acabará haciendo despertar en él otros sentimientos. ¿No es eso lo mismo que les pasa a los niños cuando se hacen adultos?

Una película para ver en familia que hará las delicias de los más pequeños y que gustará igualmente con una visión más amplia a los mayores de la casa.

Inteligencia Artificial

Imagina que tu hijo de seis años entra en coma y que ningún médico confía en su recuperación. En tu desesperación, ves que venden unos nuevos robots con aspecto de niño que ─anuncian─ se comportan exactamente igual que un niño de verdad y decides probar con uno para apagar tu tristeza. Esta es la premisa de la que parte Inteligencia Artificial.

La película explora dos sentimientos muy interesantes: por un lado trata la historia de ¿verdadero? amor del niño-robot con su madre y por otro, la sensación de permanencia a la especie humana que tiene el robot.

Es una película larga, de casi dos horas y media, a la que tal vez le sobre la última media hora, pero que te llevará a reflexionar sobre conceptos filosóficos muy profundos sobre la relación que tendremos muy pronto con los robots que están por venir y que tal vez incluso te saque alguna lágrima.

El hombre bicentenario

Aquí ya las lágrimas se pueden convertir en llorera crónica, y eso que todo comienza de una forma muy sencilla: una familia compra un robot para que le ayude en las tareas del hogar. La acogida inicial es de lo más dispar, y va desde la indiferencia (como máquina que es) hasta el desprecio y el maltrato (como máquina que es igualmente; he visto a gente tirar sus smartphones al suelo cabreados porque no tienen cobertura).

El robot crece junto a la familia sin dejar de aprender y creando una cierta conexión con algunos de sus miembros. Pero claro, los humanos tenemos defectillos, nos morimos y esas cosas, así que Andrew, el robot, emprende un viaje en el que explora nuevos horizontes. Es realmente bello descubrir cómo cambia la percepción que tendremos de Andrew, de un simple robot doméstico a algo muy parecido a un humano.

Para cierto público la película puede resultar también un poco larga, son más de dos horas, pero las peripecias que le acontecen durante sus doscientos años de vida (sí, ya ves, la película se llama así por algo) hacen que no pierda el ritmo en ningún momento.

¡Se me olvidaba!: el protagonista es Robin Williams, por si querías algún motivo más para verla.

Blade Runner

Y bueno, si hablamos de robots que se sienten muy humanos, no podemos olvidar la obra maestra más grande de todos los tiempos en este género. La película se basa (bastante libremente, por cierto) en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, y está ambientada en la ciudad de Los Ángeles en 2019. La ingeniería genética ha avanzado lo suficiente como para crear robots muy similares a los humanos que son usados para los trabajos más peligrosos y desagradables. No obstante el uso de estos robots queda prohibido a raíz de un motín que organizan (sí, los propios robots o replicantes como los llaman en la película) en Marte exigiendo derechos (curioso, ¿verdad?). Es entonces cuando un cuerpo de seguridad de humanos van acabando con todos los replicantes.

La película narra la persecución de un grupo de estos replicantes a cargo de uno de los expertos de más renombre en su captura y nos invita a un viaje en el que humanos y replicantes intercambian sus papeles, donde tal vez te sea más fácil sentir empatía con los robots que con los propios humanos.